TALAYOTS PROPIAMENTE DICHOS



DESCRIPCIÓN
Talayot 1 de Cornia

Normalmente son torres troncocónicas de planta circular, semicircular u ovalada, pero también los hay con base más o menos absidal (Montefí, So Na Caçana, Torrellafuda...) e incluso, como decíamos, troncopiramidales, de planta cuadrada con aristas redondeadas (Binicalsitx, Torrevella d'en Lozano). Su tamaño puede ser medio o grande, hallándose repartidos los primeros por toda la isla, aislados o en la periferia de los antiguos núcleos de población (alrededor de las casas y otras estructuras urbanas de los mismos), y los segundos (Trebalúger, Trepucó, Torre d'en Galmés, Cornia, Torelló y Torre Llafuda) prácticamente sólo por la mitad oriental.

Internamente, aunque en ocasiones se ha hablado de talayots "macizos", parece ser que todos disponían de algún tipo de cámara, o cámaras, a pesar de que actualmente pueda resultar imposible acceder a ellas por hundimiento de la cubierta. La ausencia de excavaciones dificulta, además, el establecer una tipología clara de las torres a partir de dicha estructura interior, a veces, como señalábamos, sólo supuesta. A simple vista, parece, sin embargo, que pueden fijarse algunas pautas y distinciones, como las de los talayots con puerta claramente diferenciada en la parte superior (Torelló, Cornia, Torre Llafuda, Trebalúger) que da acceso a una especie de terraza, quizás una habitación que ha perdido el techo, con un muro que la rodea. O la de los talayots con una cámara de notables dimensiones en la parte baja (Sant Agustí Vell, Torrevella d'en Lozano), frente a los que sólo presentan pequeños espacios internos, una diferencia ésta que nos acercaría quizás al uso principal del edificio, de hábitat, de establo (aún hoy son empleados a menudo como tal) o almacén en el primer caso y más probablemente, o primordialmente, defensivo en el segundo.

Otro aspecto interesante a tener en cuenta sería, a nuestro entender, la ubicación de algunas de estas construcciones en lo alto de pequeñas (a veces no tanto) colinas e incluso de, parece, plataformas más o menos artificiales. En el primer caso, se hallarían los ejemplares de Trebalúger y, excepcionalmente, Turmadèn des Capità (en la cima de una auténtica montaña), sin olvidar los de Biniaiet, en un poblado que, cuanto menos parcialmente, no se halla en el llano, y, en el segundo, las torres principales de Torralba d'en Salort y, probablemente, de Talatí de Dalt.

Ahora bien, a pesar de que mayoritariamente se hallan en el llano, o casi, lo que resulta también evidente es que desde cualquiera de ellos se ven otros más o menos lejanos que no forman parte del mismo núcleo o grupo. Así, subiendo al de Talatí se ve claramente el de Torelló o, desde el de Binicalsitx, divisamos los de Calafí. Ello ha hecho suponer desde antiguo un uso, no demostrado pero probable dada la tradición posterior de las torres de vigía que hallamos por toda la isla, principalmente en la costa, pero también en el interior (S'Enclusa, Santa Àgueda…), como torre de señales (mediante fuego o humo), para dar aviso de cualquier acercamiento marítimo a la isla o para cualquier otro tipo de comunicación (nos gustaría que alguna vez, por ejemplo una noche de San Juan, pudiera llevarse a cabo una prueba, encendiendo fuegos en la cima de todos los talayots conocidos, para ver el resultado; aunque nos tememos que la actual existencia del transporte aéreo lo hace prácticamente inviable, por los problemas que podrían derivarse para su navegación).

Finalmente, destacar, en lo que a técnica constructiva se refiere, que la de todos los ejemplares conocidos se halla basada exteriormente, como en tantos otros monumentos de la isla, en el aparejo ciclópeo, con grandes piedras desbastadas colocadas horizontalmente, a menudo en hiladas, y formando un talud, si bien en algunos monumentos medio derruidos, como en el central de Torre d'en Galmés (pero también en el probable "monumento escalonado" de Son Olivar de Baix), resulta fácil observar como varias paredes de piedra, levantadas con piezas de pequeño y mediano tamaño (con la excepción, como decíamos, de la exterior), fueron adosadas, "como las capas de una cebolla", según expresión de nuestro amigo Felipe Sánchez-Cuenca, desde el núcleo del edificio para dar forma a las torres.


© Ferran Lagarda i Mata, 1996-2012 (texto y fotografías).